miércoles, 11 de junio de 2008

En especias, mi amor... En especias...


Y la verdad es que yo no entendía bien como venia la mano, porque resulta que Jorge me dice que yo no sé hacer nada, pero bien que cuando le operaron el quistecito del huesito dulce, ahí estaba yo con el merthiolate y la gasita haciendo las curaciones...
Yo creo que los hombres se olvidan las cosas que una va haciendo por ellos, y resumen todo en un momento en que quizás, sin querer, sin que fuera a propósito, así como en un descuido, le quemaste la camisa del trabajo con la plancha. Y bueno, si tanto te molesta, planchate la camisa vos Jorge!!
Porque es como que es condición. Una se casa y ya está destinada a querer ser una mujer moderna y planchar las camisas del marido.
Después él cocina, hace las compras, lava los platos... Pero limpiar el baño y planchar las camisas del trabajo de Jorge son cosas que todos sabemos que él nunca hará...
Estos son problemas eh... todos sabemos que por algún lado saltan, porque por tener un pequeño enfrentamiento, por lo salado de la comida, por el culito frío a la hora de la cucharita, otro por la meadita de la tabla, y si Jorge, lo de la camisa, fue mi inconsciente RE podrido de tu mal comportamiento en la convivencia conyugal.
Porque encima no hay reglamento, cada familia es un mundo, y quizás Jorge en su trabajo comenta a sus compañeros (maridos autoritarios con mujeres sometidas), pero nosotras, va yo, que quiero ser una mujer del siglo XXI, independiente, poder elegir, igualdad de condiciones para los dos, amor y pasión for ever and ever, que no me venga con el temita de la obligación marital. Es un sometimiento que yo no puedo tolerar, porque las chicas de la Asociación Feminista de Congreso después me quieren quitar el carnet, y a mi me costó mucho que me admitan porque con un marido taxista, ya presuponían un montón de cosas..
Y es que vieron como es el inconsciente colectivo, te descuidas un minuto, decís que vas al gimnasio por la mañana y ya sos una mantenida, rubia, que hace cursos de globología para pasar el rato entre que sale el viaje a Miami o Grecia.
Y no, una tiene ambiciones también, plantea su vida, se esfuerza para lograr objetivos antes del matrimonio, cosa que una vez casada no te moldeen a su gusto y te veas viviendo en un 2 ambientes con 9 críos (porque ese termina siendo tu objetivo en la vida, criar hijos, poblar este maravilloso mundo)..
En fin, ya le dije a Jorge que si no le gusta como plancho, se planche él.
Los puntos hay que impartirlos de entrada, porque sino, ya sabemos que una y otra vez esta situación se va a repetir y siempre voy a terminar como una condenada planchándole las camisas a mi maridito... Pero bueno, el después tendrá que pagar por sus errores...



En especias, claro...

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